miércoles, 26 de mayo de 2010

Actividad 24

TERCERA PARTE:
Con relación a la manera de ejercitar la habilidad de discriminar la persistencia de nuestros sentimientos y pensamientos -para así poder expresarlos y hacerlo con responsabilidad y compromiso-, debemos partir de la premisa de que éstos se generan en nosotros y están influidos por nuestro marco de referencia, expectativas y estados de ánimo personales, así como por mecanismos de defensa -proyecciones, negaciones, etc.- que se generan en el ámbito de nuestra sombra y de los que, por consecuencia, no somos conscientes. Asegurarnos de que un pensamiento o sentimiento con respecto a una persona o a una situación que tiene que ver con ésta es duradera en el tiempo o se incrementa, y proponernos hablar en primera persona sin responsabilizarla de lo que nos sucede es el objetivo del siguiente ejercicio.

1) Reflexiona si existen, a priorí, juicios de valor, expectativas y estados de ánimo -tuyos, no de la otra persona- que generalmente acompañan estas experiencias.
Sí los hay...

2) Cuestiona tus posibles mecanismos de defensa, es decir, si algunos aspectos de la personalidad de tus interlocutores en estas experiencias provocan en ti un rechazo por similitud: “el comportamiento que te molesta es muy parecido al tuyo pero no lo aceptas”; autoimagen: “el comportamiento que rechazas amenaza tu autoconcepto, ya sea de fuerza o de debilidad”; temor a la pérdida: “el comportamiento que te afecta se debe a tu imposibilidad de hacerle frente a la situación debido al miedo que causa la probable ruptura de la relación”.
Similitud:
Sí hay, siento amenaza cuando alguien ofrece algo semejante a lo que to ofrezco po miedo a ser superado.
Autoimagen:
Sí hay, siento amenaza cuando alguien ofrece algo semejante a lo que to ofrezco po miedo a ser superado.
Temor a la pérdida:
Sí hay, siento amenaza cuando alguien ofrece algo semejante a lo que to ofrezco po miedo a ser superado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario